Las relaciones son claves de la buena política y el gobierno

Para nadie es un secreto que el mundo político se mueve bajo los hilos del poder que siempre van acompañados de la búsqueda diaria de relaciones, las cuales no solo se enmarcan en el sector público como figura visible de la administración, sino que también busca romper las barreras desde lo privado.

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El muchas veces criticado “Lobby o Cabildeo”, se entiende como esa herramienta encaminada a la busqueda del fin de un colectivo con ciertos intereses, frente a las decisiones que en el ejercicio del poder tome la administración pública, esta sin duda ha sido una actividad que se ha venido desarrollando tiempos inmemoriales, en la que se veían grandes grupos de personas en los pasillos ejerciendo presión sobre los congresos tanto británicos como Norteamericano; con la intención de crear precedentes y explicar las repercusiones a futuro para algunos grupos tanto económicos, civiles, sociales, campesinos, con la aprobación de diferentes proyectos de ley.

La Rama Legislativa enfrenta diariamente una creciente influencia de la sociedad, enmarcada en la presión de los intereses particulares desarrollada por los cabilderos, cuya función principal radica en el impulso, la modificación o el archivo de leyes; sin duda en el sistema democrático que vive hoy en día el mundo, esta actividad es bien vista, puesto que con esta se evita que legisladores realicen actividades en beneficio propio y por el contrario garantizan la toma de decisiones adecuadas.

La labor del Cabildero radica en tener un acercamiento directo con los parlamentarios, en el que se expone con planteamientos y posiciones transparentes fundamentados en datos, cifras reales y demostrables mediante estudios específicos, presentando así los diferentes panoramas a los que se podría enfrentar el país, si se aprueba o no determinado proyecto de ley que se encuentre en discusión. Dicha practica debe ir acompañado de actividades estratégicas entendidas como los medios para cumplir felizmente con los objetivos, derivando así: Los análisis de problemas que se pretenden debatir, definición de objetivos, búsqueda de soluciones, planteamiento del mapa de poder entendido este como el estudio del interlocutor al que se le presentara una propuesta, búsqueda de alianzas, construcción de propuestas y finalmente la estrategia de presentación.

Sin duda, con el auge y fuerza que viene tomando esta actividad en los pasillos de nuestros entes legislativos, se requiere principalmente de 2 factores: en primer lugar de la ética y buena conducta del cabildero y en segundo lugar la regulación por parte de los Estados, la cual lleve a evitar los actos de corrupción, pago de dádivas a servidores públicos y favorecimientos personales.

Esta misión se enmarca en el arte de persuasión, entendida como “la capacidad o habilidad para convencer a una persona mediante razones o argumentos para que piense de una determinada manera o haga cierta cosa”, podemos decir entonces que es la capacidad que tiene una persona sobre un grupo significativo de parlamentarios en la búsqueda de intereses, buscando así ánimos de apoyo o rechazo no solo entre los legisladores, sino también entre los electores y la opinión publica; dado que los medios tienen un papel fundamental ya q son los encargados de informar al resto del país las decisiones tomadas finalmente.

Es por esto entonces que estos asistentes a las salas de espera parlamentaria cumplen un papel preponderante y crucial al momento de ser parte en del actuar gubernamental, sin estar revestidos con dicha investidura de poder.

Sebastián Gómez Díaz, Consultor

 

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