¿Es la primera dama una figura decorativa?

El papel de la primera dama en los gobiernos de hoy no corresponde con ese rol decorativo del pasado que parecía sacado de un mal cuento de hadas y era la degradación de la valiosa condición femenina a temas menores e insignificantes de un gobierno; hoy la compañera del gobernante es una protagonista central de la tarea y una garante de la estabilidad personal y emocional de quien dirige un gobierno.

En tiempos decisivos para nuestros gobiernos por la forma cómo la mujer sigue siendo valorada desde su natural condición y sin la desgastante e innecesaria comparación física con el hombre, los gobiernos de América Latina han ganado lideresas de gran nivel con gran talento personal, profesional y una sensibilidad y criterio indiscutiblemente útil para el ejercicio del liderazgo de gobierno.

 

En esa línea el papel de la compañera sentimental de quien gobierna, esa persona con la cual el líder de gobierno ha tomado la decisión de emprender un plan de vida, se convierte en alguien clave antes y durante el ejercicio de un cargo público, no sólo por el conocimiento de las ideas y criterio de quien lidera, el compromiso con el éxito de ese gobierno, sino además porque desde su rol de pareja; acompaña, aconseja, orienta al ser humano que comanda en sus permanentes dilemas emocionales, personales y profesionales.

 

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Imagen cortesía de la serie Netflix INGOBERNABLE 2017

 

Es deseable que haya una sana distancia y autonomía con las tareas centrales del gobierno, pero también la primera dama pueda emprender acciones en articulación con la voluntad de quien lidera. Muchas de estas mujeres optan por combinar el hogar y sus hijos con algunas tareas de medio tiempo en un gobierno,  que realizan en muchos casos sin remuneración alguna, un hecho discriminatorio, teniendo en cuenta que se trata de tiempo y esfuerzos que dedican a la tarea de un Estado, adicional al tiempo y sacrificios que brindan desde su hogar y persona por las ocupaciones de sus parejas, los gobernantes.

 

Hay incontables casos en América Latina de primeras damas que han asumido roles importantes en los gobiernos de sus parejas en temas como la infancia y adolescencia, la cultura, el deporte, la recreación, la equidad,  y la participación, entre otros asuntos y que además combinados con su estilo y prudencia en el manejo de su imagen, marca y vida personal, constituyen fortalezas para el cumplimiento cabal de la gestión de sus compañeros de vida.

 

 

Miguel Jaramillo Luján

Consultor en Liderazgo y Marketing de Gobierno

 

 

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