El fútbol sigue despertando pasiones, esta vez el asunto podría ser una cuestión binacional que se le escape de las manos a la Conmebol.
2021 sería la oportunidad para que, por segunda vez, Colombia sea el organizador del torneo de fútbol más importante en la región, que mueve millones de dólares y que deja grandes beneficios que serían necesarios para la reactivación económica. Sin embargo, la opinión pública está dividida sobre si frente a la tercera ola de contagio-que ha sido más severa que las dos anteriores-,debe celebrarse.
Figuras del deporte como Faustino “El Tino” Asprilla o comentaristas como Iván Mejía, ya se han pronunciado sobre el asunto diciendo que sería irresponsable la realización del torneo en pleno pico de la tercera ola de contagios y piden a la Conmebol de que aplace por un tiempo.
Por otra parte, el presidente de Argentina (país colaborador de la organización del evento), Alberto Fernández junto a sus ministros, ya dejaron clara su postura de aplazar la Copa América por la situación de COVID-19 en su país y plantearían al gobierno colombiano “bajarse del bus” y renunciar a su participación este año.
En Colombia el ministro de Deportes, Ernesto Lucena, afirmó en días pasados que “la Copa América sigue en pie como está planteada desde el principio, Argentina- Colombia” y que “el análisis que hace el presidente de Argentina es un análisis sensato pero como lo ha reiterado el presidente de Conmebol (Alejandro Domínguez), la Copa va con o sin público”.
En Marketing Político y Gobierno tenemos la lupa sobre este evento y analizaremos cada una de las consecuencias en términos de imagen para los gobiernos de Argentina y Colombia, y para la Conmebol, una organización tan política como polémica.
Por el momento dejamos dos interrogantes a nuestros lectores: ¿Podrá realizarse la Copa América sin haber superado este tercer pico de la pandemia?¿Mantenerse en esa posición desgastará la imagen del gobierno colombiano aún más o será percibido como una muestra de apoyo a la reactivación económica?