Estudiar el cerebro del elector: Clave del neuromarketing político

Muchos piensan que el neuro marketing obedece a una especie de técnica propia de la ciencia ficción y sacada de novelas como 1984 donde se plantea la existencia de un Gran Hermano, omnipresente ojo avizor que todo lo sabe y lo domina, sin embargo al dialogar con el consultor político colombiano, Carlos Andrés Pérez Múnera, director del CAEP Centro de Análisis y Entrenamiento Políticocerebro-en-urna

…corroboramos el enorme valor de esta rama del conocimiento científico que tiene como principal objeto de estudio el cerebro humano y su forma de reaccionar ante diversos estímulos que es menester del investigador en materia política, conocer y aplicar para poder llegar al corazón decisión del ciudadano.

 

Pérez Múnera empieza por reconocer que son las emociones el principal ingrediente de las reacciones de la mayoría de las personas y asegura que somos muy pocos los que revisamos la letra menuda de las propuestas políticas, observamos o escuchamos en los medios la forma y el fondo de lo que nos proponen los candidatos y esto conduce a esa inevitable conclusión: Son las emociones el principal vehículo de decisión en casi todos los temas, pero más en la política.

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A través de su libro Pistas para entender el Cerebro Político, Carlos Andrés Pérez amplía varios  conceptos sobre neuromarketing electoral. Foto: Cortesía

Es la construcción de confianza en pequeños segmentos de población lo que – a juicio de Carlos Andrés- constituye el principal reto de un candidato cuando quiere hacerse elegir para un cargo. “Hoy los norteamericanos, grandes conocedores del marketing político, hablan de buscar los electores uno a uno, puerta a puerta y ello lleva a pensar que así deben construirse los éxitos electorales” explica este consultor político colombiano, quien además llama la atención sobre la necesaria urgencia de que las campañas cada vez sean un constructo de redes de confianza entre partidos-dirigentes con sus electores.

 

Sobre la pregunta de la ética en el uso de herramientas como el neuromarketing Pérez Múnera es claro en afirmar que el uso de estas herramientas no conduce a forzar a nadie a hacer nada que no quiera hacer, sino a orientar los componentes de una campaña a conectarse con los elementos que han hecho a una persona, ser el ciudadano que es: su familia, amigos, entorno, educación, pareja y demás; y en la medida que el discurso, comprendido en su sentido más amplio y polisémico- logre sintonizarse con las necesidades y emociones de ese potencial votante.

 

 

Miguel Jaramillo Luján

Consultor en Marketing Político

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