Dice la historia que en 1837 el presidente Andrew Jackson recibió un queso gigante como regalo de un campesino y le ofreció un pedazo a todo aquel que llegara hasta la Casa Blanca para comer uno de los 10.000 trozos del queso de 635 kilos y esto fue aprovechado por el presidente para conversar y resolverle a cada comensal sus dudas sobre el Estado de la Unión, que durante muchos años solo fue un informe enviado al Congreso y no un discurso como se hace ahora.
Barack Obama y sus asesores, que pasarán a la historia por muchas virtudes, pero sin lugar a dudas por haber revolucionado el marketing y la comunicación electoral y de gobierno; han rescatado esta simpática anécdota para generar un ejercicio de retroalimentación antes, durante y después del Discurso del Estado de la Unión pronunciado por el jefe del gobierno estadounidense.
Desde enero de 2014 un grupo de asesores resuelven todas las dudas que surgen en redes sociales, e mails, cartas, mensajes de texto, chats y todo medio que empleen los ciudadanos en relación con los temas sobre los cuales alude el Presidente en su discurso del Estado de la Unión y posteriormente incluso con agenda abierta a muchos otros que son incluidos de manera tangencial.
Más allá de los hechos puntuales incluidos en el Discurso del Estado de la Unión pronunciado este lunes por el Presidente Obama, surgen muchas lecciones de Comunicación de Gobierno, transparencia, interacción, estímulo a la participación, generación de cultura política e invitación a la construcción de Estado y ciudadanía a partir de ejercicios como este que propone la Casa Blanca y que está vigente en estos momentos.
Miguel Jaramillo Luján, Consultor en Comunicación y Marketing Político y de Gobierno