Uno de los principales retos de un gobierno es generar que los ciudadanos se apropien de la gestión del mismo y uno de los aspectos más complejos ocurre con las obras públicas cuando no se hace un adecuado trabajo de socialización y sensibilización. El especialista Leison F. Romaña nos comparte la dimensión del reto en este texto.
![Las Obras públicas demandan un metódico y riguroso trabajo de Comunicación Pública en el antes, durante y después de su puesta en servicio. Foto Alcaldía de Medellín](https://marketingpoliticoygobierno.com/wp-content/uploads/2016/02/20-unidades-UVA-300x225.jpeg)
Anualmente los gobiernos invierten miles de millones de pesos en la construcción de obras públicas con el objetivo superior de garantizarle bienestar a sus comunidades. Es indudable que cuando un gobernante ejecuta obras lo hace con la convicción de que son las que quiere y necesita la gente, pero en muchos casos, los ciudadanos no valoran ni se se apropian de las mismas por considerarlas no prioritarias o porque no se les comunicó o consultó sobre su construcción y en consecuencia los proyectos se convierten en un cáncer no solo para el gobierno sino también para los ciudadanos que ven en estas obras elefantes blancos que no merecen su atención y cuidado.
¿Qué hacer para que esto no ocurra? Pues comunicar apropiadamente la construcción de las obras y sus beneficios, antes, durante y después. Antes para que los ciudadanos participen de la concepción del proyecto, lo entiendan y lo valoren. Durante para que conozcan los detalles, le hagan veeduría y en algunos casos participen en su construcción y después para que aprendan a disfrutarlas y asuman comportamientos éticos y las cuiden.
En sociedades donde cuidar y valorar los bienes públicos no es parte del ADN ciudadano se necesita que el estado se convierta en el principal comunicador y pedagogo urbano. La comunicación y la pedagogía crean espacios donde interactúan el ciudadano, el técnico y el gobernante, en forma tal que todos los miembros sean conscientes del significado y alcance de las obras y se enriquezcan los proyectos a partir del dialogo de saberes y de las necesidades cotidianas.
En conclusión, comunicar adecuadamente la construcción y el cuidado de una obra es una inversión necesaria que permite sensibilizar, motivar y movilizar a la ciudadanía para que conjuntamente con el estado logren la sostenibilidad física, social y ambiental de las obras.
Leison Freyder Romana R.
Especialista en Comunicación Pública y de Gobierno