Uno de los principales retos de un gobierno es generar que los ciudadanos se apropien de la gestión del mismo y uno de los aspectos más complejos ocurre con las obras públicas cuando no se hace un adecuado trabajo de socialización y sensibilización. El especialista Leison F. Romaña nos comparte la dimensión del reto en este texto.
Anualmente los gobiernos invierten miles de millones de pesos en la construcción de obras públicas con el objetivo superior de garantizarle bienestar a sus comunidades. Es indudable que cuando un gobernante ejecuta obras lo hace con la convicción de que son las que quiere y necesita la gente, pero en muchos casos, los ciudadanos no valoran ni se se apropian de las mismas por considerarlas no prioritarias o porque no se les comunicó o consultó sobre su construcción y en consecuencia los proyectos se convierten en un cáncer no solo para el gobierno sino también para los ciudadanos que ven en estas obras elefantes blancos que no merecen su atención y cuidado.
¿Qué hacer para que esto no ocurra? Pues comunicar apropiadamente la construcción de las obras y sus beneficios, antes, durante y después. Antes para que los ciudadanos participen de la concepción del proyecto, lo entiendan y lo valoren. Durante para que conozcan los detalles, le hagan veeduría y en algunos casos participen en su construcción y después para que aprendan a disfrutarlas y asuman comportamientos éticos y las cuiden.
En sociedades donde cuidar y valorar los bienes públicos no es parte del ADN ciudadano se necesita que el estado se convierta en el principal comunicador y pedagogo urbano. La comunicación y la pedagogía crean espacios donde interactúan el ciudadano, el técnico y el gobernante, en forma tal que todos los miembros sean conscientes del significado y alcance de las obras y se enriquezcan los proyectos a partir del dialogo de saberes y de las necesidades cotidianas.
En conclusión, comunicar adecuadamente la construcción y el cuidado de una obra es una inversión necesaria que permite sensibilizar, motivar y movilizar a la ciudadanía para que conjuntamente con el estado logren la sostenibilidad física, social y ambiental de las obras.
Leison Freyder Romana R.
Especialista en Comunicación Pública y de Gobierno