Es muy poderoso cuando una ciudad, una región o un país asume como propio el gerenciamiento de la propia experiencia y ello se logra cuando hay un consenso en la delimitación de una serie de elementos que son preponderantes como valores de dicho territorio y que son diferenciados y reconocidos por los extranjeros a dicho territorio. Cuando eso se consigue hay una Marca territorio.
A partir de los resultados dados a conocer hace unas semanas por el Country Brand Report de América Latina en relación con la valoración de las marcas de los 21 países del continente, que arrojan el siguiente resultado:
Llama la atención la profunda y estrecha interrelación que existe entre el poderío de la marca país con las fortalezas económicas de estas naciones, como quiera que los últimos lugares de este escalafón también coinciden con los países con más bajo desarrollo humano integral del continente.
No me canso de repetir que la marca no es el logotipo, la imagen o las piezas publicitarias. Se trata de un concepto cultural, antropológico y de aproximación psicológica que se consigue cuando se potencian los valores diferenciales y preponderantes de la experiencia de ese país para las personas que lo visitan.
Para construir de manera eficiente, eficaz, responsable y de impacto una marca territorio, usted debe acompañarse por personas con experiencia, sensibilidad y capacidad de concertación, pues las mejores marcas territorio que existen en el mundo son el producto de largos procesos donde hay que incluir, escuchar y poner de acuerdo a muchas personas e instituciones, casi bajo un método similar al que se emplea en la gestación de una verdadera política pública.
Miguel Jaramillo Luján, Consultor en Marketing Político y de Gobierno
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