Salvo algunas que he conocido en México, Brasil o España, es muy poca la televisión gubernamental de buena calidad que se hace en América Latina. Es generalmente TV de bajo raiting que se hace más por el informe de gobierno y por dejar constancia que por aprovechar un medio tan vigente y multiplicable como el audiovisual.
Saldrán los puristas de lo público a rasgarse las vestiduras mientras hablo de entrenamiento, pero es real, los televidentes en nuestro medio con el mando a distancia pueden elegir otras alternativas para entretenerse, entre una amplia oferta con miles de canales, servicios de contenido a la carta, videos en sus smarthphone, Tablet o computador, aunque muchos realizadores de TV gubernamental sigan haciendo programas aburridos y esquemáticos donde se nota que son ellos los que siguen siendo dirigidos por los políticos en su ego y deseo de figuración acrítica en la pantalla.
Comparto una selección de los estilos televisivos gubernamentales más errados en clave de aprovechamiento de audiencias, sintonía e impacto que he visto en América Latina.
- El showman: El político cree que sentarse en un sofá, silla, poltrona o acera de su ciudad y hablarle a una cámara es suficiente para que haya audiencia, opinión e impacto.
- La historia descolorida: El relato de la persona que no tenía y ahora tiene gracias al Estado es repetitiva, aburrida y sosa, por más fórmulas que se exploren, ya se agotó.
- Los debates de sordos: En un mismo set se invitan personas con posturas supuestamente diversas y al final termina siendo un diálogo de sordos con el representante del Estado y los invitados como utilería del programa.
- Los Videos ciudadanos: La misma desafortunada tendencia de los telediarios, ahora se toma algunos programas gubernamentales. El ciudadano reemplazando la honorable y necesaria función del periodista. ¿pegando retazos hacemos nuevos modelos de televisión?
- Concursos del pasado: Recuerdo mucho en los 80 cuando aparecieron los programas de preguntas y respuestas, en ese momento eran muy novedosos, entretenidos y como solo había 3 canales, pues no quedaba más remedio.
- El humor es cosa seria: Y para hacerlo se necesita inteligencia, creatividad y planeación. Se camina en un filo muy delgado cuando se habla de Estado, gobierno o política y se toma el rumbo del humor o la irreverencia, perdiendo el norte.
- El incoherente: Resulta que veo en un programa medio reality a un político sin corbata, en jeans, sonriendo, caminando la calle y en una “cotidianidad” fascinante. Pero luego en las fotos oficiales hay un gesto adusto, vestuario gris, distancia del ciudadano y oscuridad. Hasta ahí llegó la buena idea.
- El ancor de las Noticias. Un político no es presentador de noticias. Es un líder que no tiene tiempo para dispersarse en el rol de quien informa y además el Estado es fuente informativa, no producto en sí mismo, sino desde sus medios propios. Roles y dinámicas que se deben recordar.